Marketing tradicional vs marketing digital

El Marketing Tradicional es el mensaje que va dirigido a las masas, al público en general como decimos los marketeros, y es en donde se estudian aspectos generales con relación a la edad, al sexo (orientación sexual), ubicación (zona de influencia), salario (nivel social) y estudios de la audiencia (estadísticas), mientras que en el  Marketing Digital se estudian más que nada sobre los intereses que puedan tener (aquí podrían ser las marcas, usos aplicables a su estilos de vida), y por sobre todo el comportamiento que tienen los potenciales compradores dentro de los medios sociales y se toma en cuenta las características demográficas que sean más específicas de la audiencia que nos interesa.

 Claramente ambos son igual de importantes porque se complementan dentro de las herramientas de mercadeo necesarios para la ejecución de planes y alcance de objetivos.

Muchos no nos damos cuenta pero cuando vemos un anuncio o recibimos una nueva información, puede alterar nuestra opinión, e incluso si ese cambio es ligero, la marca detrás de dicho anuncio está alterando la percepción de nuestra realidad. Es por ello que hace varios años el marketing se viene diversificando de manera más especializada, en una nueva manera de hacer marketing por medio de contenido, en donde existe un gran potencial para influir en las personas.

Gracias al marketing, los negocios desarrollan estrategias dirigidas a nichos. De esta forma, si la marca/empresa logra entender lo que el consumidor necesita estará ofreciéndole la solución que busca, creando una conversación y sus ventas aumentarán.

Hoy en día, la simple necesidad de poner en nuestro buscador de Google aquello que estamos considerando saber más, de manera automática nos va generando alternativas e incluso con propuestas claras en nuestras redes sociales favoritas.

Entonces, ¿de que manera influye el marketing en nuestras vidas? El buen marketing no se siente como marketing – Tom Fishburne es cuando encontramos lo que estamos buscando, es cuando nos venden sin que nos estén vendiendo.